El peine:

 El peine parece ser un atributo de la Diosa Madre mediterránea, personificación del poder generador.

 

En las márgenes de los arroyos, las lamias vascas peinan sus largos cabellos con peines de oro. Son criaturas con aspecto de sirena y patas de ave que seducen a los hombres a los que pueden llevar a la perdición. El peine simboliza a la vez erotismo y ambición, pues con él tienta a los hombres que, deseosos de apoderarse de la joya, sucumben ante la lamia. En ocasiones las lamias someten a todo tipo de infortunios a los hombres hasta que devuelven el peine robado, pero otras veces la relación es erótica y puede acabar incluso en matrimonio. Las leyendas también hablan de lamias del mar, como la que, según los pescadores del Golfo de Vizcaya, provocó el hundimiento del Mina Mari al peinar su rubia cabellera con un peine de oro.

(En la mitología griega, Lamia era una doncella amada por Zeus cuyos hijos hacía perecer la celosa Hera nada más nacer. Consecuentemente la desdichada Lamia, presa de desesperación se convirtió en un monstruo que, envidioso de otras madres más afortunadas, robaba y devoraba a los niños.)