Genios, hadas y otros espíritus de la naturaleza, están ligados a la Tierra, al aire, a los ríos... Pueden ser benéficos u hostiles.

  Las hadas suelen aparecer en los cuentos como mujeres estilizadas, de gran belleza, ricamente vestidas, eternamente jóvenes y dotadas de poderes mágicos, sobre todo de transformación.  Respecto de los seres humanos, las hadas suelen ser complacientes y benévolas, incluso claramente protectoras.

            Son espíritus patrones de las aguas, igual a las ondinas, o la ninfas, o las lamias que, en las leyendas europeas se casaron con algunos nobles y fueron madres de estirpes famosas o a las ñaga de la India, semidiosas con forma de serpiente o de persona.

 Otras hadas, a la manera de las valkirias escandinavas, habitan en el aire, son eminentemente activas y buscan la compañía sexual de los humanos. Son la expresión del viento.

Finalmente están las hadas madrinas. Su característica principal suele ser la de predecir y señalar la vida del futuro héroe, concediéndole determinadas gracias y señalándole algunos peligros que le pueden acechar en su existencia.

 

 

            Un objeto mágico asociado a estos seres es la varita mágica, con la que el hada puede trasformar a diversos seres en otros de apariencia distinta, o puede ayudar al héroe concediéndole un objeto que necesite para la realización de alguna tarea, o rompiendo un encantamiento. 

Antes de que el hombre habitara la tierra había ya en ella una serie de seres de diversa índole: los genios, los elfos, los gnomos, los duendes. Estos seres habitan normalmente determinadas zonas, lugares particulares, objetos, subterráneos y plantas y en los cuentos maravillosos conviven con los humanos y llegan a colaborar con ellos o incluso a servirles. Los genios son los compañeros de las hadas en los cuentos maravillosos.

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