El reino lejano
Aunque la concepción del Más allá es multiforme, el hombre transfiere sus intereses a esa visión de forma que el mundo del más allá repite este mundo: para el cazador está lleno de animales, el horticultor lo concibe con jardines.
En las culturas de cazadores y de religiones totémicas, éste es un reino de animales. Caso conocido es la visión de ultratumba para los guerreros indígenas americanos. En otros cuentos aparece, por ejemplo, cuando el raptor es un animal que se lleva a la princesa al lugar donde habita, sin hombres, como el reino de las serpientes o de otros animales.
En los pueblos que ha tenido una religión solar, el reino de los muertos se relaciona con el lugar donde muere el sol, más allá del horizonte y, generalemente, al otro lado del mar. Por eso, todo adopta el color del oro o atributos áureos. Paralelamente, todo lo que es de oro está relacionado con el Reino Lejano (por ejemplo, el Pájaro de Fuego). El color dorado de los objetos del Reino lejano es el color del sol. Los objetos dorados provienen del otro mundo y aseguran la longevidad y la inmortalidad.
La Antigüedad clásica (Grecia) repite estas formas de concebir el más allá: montes (Olimpo), el reino subterráneo (Hades) y subacuático (Poseidón), las islas de los espíritus bienaventurados y el jardín de las Hespérides con sus manzanas de oro. Es, por tanto, una concepción muy próxima a la del cuento maravilloso. (Hércules tras las manzanas de las Hespérides es semejante a los cuentos sobre la búsqueda de las manzanas de oro. Incluso el cuento es anterior porque conserva el efecto mágico de las manzanas). También aparece el color dorado, color inherente a los dioses, muertos e iniciados, como en el palacio de Helios.