Los viajes como huida.

              En algunas ocasiones el héroe viaja no porque vaya en busca de algo: una tierra, un objeto, una persona, etc., sino que su viaje es, en realidad, una huida, una fuga.     

        Podemos señalar en este sentido el caso de Eneas. También en el mito de Jasón y los Argonautas el héroe, una vez conseguido el objeto mágico, el vellocino de oro, huye de la Cólquide acompañado de la princesa Medea y perseguido por el hermano de ésta que acaba muriendo por las artimañas de su hermana.

   La fuga no tiene un lugar fijo en el cuento, pero generalmente la encontramos al final del cuento, incluso después del matrimonio. Hay diversas formas de fugas -el héroe huye de la casa de la maga lanzando un peine, una piedra, una toalla...que se convierten en un bosque, un monte, un río...; la muchacha huye de los bandidos del bosque escondiéndose en un carro; el aprendiz huye del brujo mediante transformaciones en distintos animales; la princesa y el héroe huyen transformándose en diversos objetos. Algunas de estas modificaciones (el lago y el río) no son medios de camuflaje, sino un impedimento natural, como el bosque surgido del peine en el cuento de Baba Yaga.