ROMANCE DE LANZAROTE. (2)
Nunca fuera caballero
de damas tan bien servido
como fuera Lanzarote
cuando de Bretaña vino,
que dueñas cuidaban dél,
doncellas de su rocino.
Essa dueña Quintañona
éssa le escanciaba el vino;
la linda reina Ginebra
se lo acostaba consigo.
Y estando al mejor sabor,
que sueño no había dormido,
la reina toda turbada
un pleito ha conmovido:
- "Lanzarote, Lanzarote,
si antes hobieras venido
no hablara el orgulloso
las palabras que había dicho:
que a pesar de vos,señor,
se acostaría conmigo".
Ya se arma Lanzarote,
de gran pesar conmovido;
despídese desu amiga.
Topó con el orgulloso
debaxo de un verde pino;
combátense de las lanzas,
a las hachas han venido;
Ya desmaya el orgulloso,
ya cae en tierra tendido,
cortárale la cabeza
sin hacer ningún partido.
Vuélvese para su amiga,
donde fue bien recibido.
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