LA VUELTA DEL ESPOSO

Versión  sefardí de "Las señas del esposo"

Lavaba la blanca niña, lavaba y espandía,

con lágrimas la lavaba, con suspiros la 'spandía.

Por ahí pasó un caballero, copo d'agua le demandó,

de lágrimas de sus ojos siete cantaricas le hinchó.

- ¿Por qué lloras, blanca niña? mi siñora, ¿por qué lloras?

- Todos vienen de la guerra, al qu'aspero non hay tornar.

- Dáme siñal, mi siñora, siñal del vuestro balabay.

- Alto, alto como'l pino, y derecho como es la flecha,

su barbica roya tiene, empezando l'a despuntar.

- Ya lo vide yo, mi siñora, a la guerra matado sta,

una hora antes que muriera tres palabricas me habló:

mujer hermosa yo tengo, hijicos como es el sol,

y la de tres, mi siñora, que me casara yo con vos.

- Onde siet'años l'asperí, otros siete lo vo 'sperar,

si al de ocho non viene, bivdica quedara ella.

- Non llores más, blanca niña, non llores ni quieres llorar:

yo s'el vuestro marido, el qu' asperas de la guerra.

- Si sos el mi marido siñal de mi puerpo darás.

- En el pecho de ezquiedro ahí tenes un buen lunar.

  (Puedes leer más información sobre éste y otros romances sefardíes en un artículo al respecto. Pulsa en el clip)