ROMANCE DEL PRISIONERO 

Que por mayo era, por mayo,

cuando hace la calor,

cuando encañan los trigales

y están los campos en flor,

cuando canta la calandria

y responde el ruiseñor,

cuando los enamorados

van a servir al amor,

sino yo, triste cuitado,

que yago en esta prisión,

que ni sé cuándo es de día,

ni cuando las noches son,

sino por una avecilla

que me cantaba al albor.

Matómela un ballestero;

¡déle Dios mal galardón!

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