| El lenguaje de los cantares de gesta castellanos
presenta también el tono elevado y el carácter formulario ya señalados como
característicos de la épica. Entre los rasgos más destacados, se pueden
citar:
| el uso frecuente de expresiones formularias, aunque en el
caso castellano son un auxiliar y no determinan por completo la creación del
poema.Conviene destacar dos tipos de fórmulas juglarescas: las fórmulas
apelativas, con las que el juglar se dirige al público para llamar su
atención (Oíd lo que dijo el Cid... Os quiero contar aquí... Allí
veriedes ...) y los epítetos épicos (El que en buena hora nació. Mío
Cid, barba vellida...) |
| la escasez de encabalgamientos de forma que habitualmente
cada verso suele constituir una unidad sintáctica. |
| un léxico que rehuye lo vulgar |
| tendencia a los arcaísmos, entre los que destaca
el empleo de la -e paragógica, muchas veces como licencia poética que
facilita la rima. Se trata de conservar una -e al final de algunas palabras
(voluntade, servire), recogiendo un estadio de lengua mucho más antiguo en
que esta vocal tenía motivos etimológicos. Sin embargo en otras ocasiones se
añade de forma arbitraria para dar al poema ese regusto de antigüedad.
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Otros rasgos buscan la amenidad en el recitado y el
acercamiento al público:
| el uso del estilo directo. El narrador cede la palabra a
los personajes para plasmar de una forma más vívida el relato (Alegre se
queda el Cid por lo que hicieron allá: / -Oídme, mis caballeros, esto
aquí no quedará...) |
| el realismo. Para hacer más creíble la historia, la épica
castellana aporta datos reales sobre lugares, personajes históricos,
batallas...etc. |
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| En cuanto a la métrica, el verso épico castellano
está formado por tiradas de versos con rima asonante y medida muy fluctuante,
entre 14 y 16 sílabas (aunque los hay de más y de menos. Se dividen en dos
hemistiquios por una fuerte cesura. La irregularidad métrica de la épica
española contrasta con la asombrosa regularidad del metro francés y, según
Menéndez Pidal, es "supervivencia de una versificación románica primitiva que
sobrevive también en otras literaturas". Sin embargo otros críticos
piensan que el verso épico castellano no es irregular; lo que ocurre es que se
basa en un sistema de cláusulas rítmicas, no silábico. Los versos
contiguos que tienen la misma rima constituyen una tirada y suelen tener
unidad temática. La extensión de las tiradas es muy variable: entre tres o
cuatro versos y más de doscientos. |