El héroe. Características y atributos.

 El término héroe es una palabra de origen griego hrwoV que hace referencia a un hombre de características semidivinas por ser hijo de un mortal y de una diosa, o de un dios y una mortal. En la mitología clásica tenemos un gran número de ellos: Ulises, hijo de Venus y Anquises, Aquiles, hijo de Tetis y Peleo, Perseo, hijo de Júpiter y Dánae; Hércules, hijo de Júpiter y Alcmena. Todos los héroes que acabamos de mencionar tienen una serie de rasgos comunes que son algunos de los que podemos reconocer en los héroes de las literaturas del mundo occidental. Así los héroes que hemos mencionado son aguerridos combatientes dotados de una fuerza excepcional, unos luchan por la comunidad: Aquiles, Ulises; otros de forma individual: Hércules o Perseo; hacen gala de distintas cualidades morales: la compasión, la lealtad, la humildad, el sacrificio por los demás, la astucia, etc.

El héroe siempre es el representante del Bien en lucha contra las fuerzas del Mal que pueden adoptar las más diversas formas: un ejército enemigo, un monstruo, el demonio, el tirano, etc.

Rasgos muy semejantes encontramos, curiosamente, en los héroes de tradiciones culturales distintas de la del mundo clásico, así en Gilgamesh, los personajes de Gilgamesh y Enkidu también se nos presentan como guerreros leales que luchan en favor de la colectividad. Y en las tradiciones nórdicas hay personajes muy semejantes.

Podemos establecer una especie de tipología muy simple de los héroes:

El héroe activo, consciente de su destino como salvador de la colectividad y entregado a ese objetivo por encima de cualquier consideración. Algunos de estos héroes son conscientes de su naturaleza desde el momento de su nacimiento, pensemos, por ejemplo en Hércules, que según la leyenda mató en su cuna una serpiente que Hera había enviado contra él; otros, en cambio, después de una infancia y unos orígenes un tanto oscuros, que en ningún caso pueden hacer sospechar su posterior conversión en héroes, viven una evolución especial que les lleva a convertirse en salvadores de la colectividad, en este último grupo cabe destacar las figuras del Arturo de las leyendas bretonas, o en cine Luke Skywalker.

Pero también existe el héroe pasivo, el que no es consciente de su misión como salvador de pueblos y hombres y desempeña esa misión impulsado por unas fuerzas superiores a él, por un destino que le controla y  le hace actuar de una manera determinada. En este caso podemos mencionar a Eneas, en la leyenda del pueblo romano; a Orestes o Edipo, representantes del hombre que es arrastrado a hacer aquello para lo que está predestinado; en el cine podemos mencionar a Neo, el protagonista de Matrix.