El fragmento siguiente narra la muerte de los héroes islandeses Gunnlaug y Hrafn y pertenece a la Saga de Gunnlaug Ormstunga. Las sagas son relatos tradicionales en prosa -generalmente noruegos e islandeses- que se conservaban oralmente y que se pusieron por escrito a partir del s. XIII. En ellas se narran hechos legendarios como si fueran historias reales.

  «Antes de ir hacia Hrafh  
 

mató Gunnlaug a Olaf

 
  y a Grím, a luchar prestos,  
  con su fuerte espada;  
 

fue el matador de tres,

 
 

cubierto iba de sangre,

 
 

hombres valerosos;

 
 

el héroe los mató.»

 

 

 

 

    Hrafn, mientras tanto, peleaba con Thorkel el Negro, primo de Gunnlaug, y Thorkel cayó ante Hrafn y perdió la vida, y al final murieron todos los compañeros de los dos. Entonces lucharon ellos dándose grandes golpes en resuelto combate, y ninguno de los dos cedía ante el otro, y peleaban sin perder su ímpetu. Gunnlaug llevaba la espada que le había regalado Ethelred, que era un arma magnífica. Golpeó a Hrafn violentamente con su espada, y le cortó la pierna por abajo. Pero Hrafn no cayó, y se echó para atrás hasta apoyar el muñón sobre un tronco caído.

Gunnlaug dijo:

«Ahora ya no puedes luchar: no quiero seguir peleando contigo, ya que estás inválido.»

Pero Hrafn respondió:

«Mal se me han puesto las cosas, ciertamente, pero aun así podría seguir lu­chando si pudiera beber algo.»

Gunnlaug repuso:

«No me traiciones si te traigo agua en mi yelmo.»

Hrafn dijo entonces:

«No te traicionaré.»

Así que Gunnlaug fue a un arroyo y to­mó agua en su yelmo y se la llevó a

Hrafn. Pero éste cogió el yelmo con su mano izquierda, y con la derecha golpeó a Gunnlaug en la cabeza, y le hizo una gran herida. Gunnlaug dijo entonces:

  «Me has traicionado, te has comportado cobardemente aunque confié en ti.»

  Hrafn repuso:

  «Es cierto: pero me impulsó a ello el que no quiero que abraces a la bella Helga.»

y siguieron luchando vehementemen­te. Y al fin, Gunnlaug venció a Hrafn, y Hrafn murió.

Vinieron entonces los guías del conde, y vendaron la herida que Gunnlaug tenía en la cabeza. Gunnlaug entonces recitó este poema: 

«Contra nosotros siempre
avanzó valiente  
Hrafn en elcombate,
l gran peleador;
esta mañana ha habido
gran blandir de lanzas, 
 aquí en Dingar de Hordar,
contra el héroe Gunnlaug»

Después asistieron a los muertos y llevaron a Gunnlaug sobre su caballo hasta Levanger. Y allí yació tres días y recibió todos los cuidados de un sacerdote, y luego murió y fue enterrado allí mismo, en la iglesia. Ya todos les pareció grande la pérdida de Gunnlaug y Hrafn en tales circunstancias.