Los Nibelungos

Inicio del poema:

"Viejas historias nos relatan muchas maravillas de héroes ilustres y de grandes proezas. De alegrías y festejos, de lágrimas y lamentos, de la lucha de guerreros valientes oiréis ahora narrar prodigios. Crecía en Burgundia una muy noble joven; tan bella no podría hallarse en todos los países. Se llamaba Crimilda; se convirtió en una hermosa mujer. Por ella muchos guerreros perdieron la vida...

 

 

El sueño de Crimilda:

Crimilda tuvo un sueño: que criaba un halcón fuerte, hermoso e indómito, al que dos águilas desgarraban. Presenciar esto fue la mayor pena que en el mundo se le pudo causar. Refirió el sueño a Uote, su madre. Ésta no lo pudo explicar a su hija mejor que así: "El halcón que tú criaste es un noble varón. ¡Que Dios lo proteja, si no pronto lo habrás de perder!

 

 

La muerte de Sigfrido:

La fuente era fresca, límpida y buena. Agachóse Gunther hacia el agua. Cuando hubo bebido se levantó y se apartó de allí. ¡Ojalá hubiera hecho lo mismo el valiente Sigfrido! Pero pagó muy cara su cortesía. Hagen alejó de Sigfrido su arco y su espada. Luego saltó hacia donde encontró la jabalina. Buscó con la mirada la señal en la vestimenta del héroe. Cuando Sigfrido bebía, inclinado sobre la fuente, le disparó a través de la cruz con tal violencia qu ela sangre, brotando de la herida, saltó a raudales desde el corazón hasta la vestimenta de Hagen. Jamás un guerrero volverá a cometer tan gran felonía.