Blancanieves y los siete enanitos como ejemplo de ritos de inciación
En las diferentes versiones del cuento, se trata de una muchacha que llega a un bosque donde encuentra una casa solitaria habitada por enanos mineros (o cazadores, o o leñadores, o bandidos) y se queda a vivir con ellos; luego, a veces, muere y a veces resucita por obra de un extraño con el que inicia otra vida.
La casa habitada por una comunidad masculina voluntariamente aislada y envuelta en disciplina y misterio, la labor de la muchacha como ama del hogar que en ocasiones tiene relaciones sexuales con uno o varios de los varones, el hecho de que la vida posterior de la heroína, tras una resurrección, se efectúe fuera de la casa y en otra existencia con un extraño... todo ello indica que el cuento es el relato de la entrega de una joven a una comunidad de hombres, dedicados a labores mágicas o religiosas, de aprendizaje o de transmisión.
En algunos ritos de iniciación ha habido, precisamente para atender a las tareas domésticas y a la custodia del hogar, una mujer que, también, podía servir o no de esposa colectiva. Pero para vivir en la casa y presenciar los misterios mágico-religiosos, era necesario que muriese a la sociedad, igual que los propios iniciandos. Y para volver a la vida profana, se requería que olvidase cuantos secretos había visto. Es decir, tenía que morir y volver a resucitar. Así Blancanieves, resucita y se marcha con su príncipe hacia un mundo normal, después de concluir su misión.