La visión del submundo
[... Enki]du, cuyo humor es sombrío, [...] yace a solas. Aquella noche [comunica] sus sentimientos a su amigo:
«[Amigo mío], vi un sueño anoche: Los cielos [gemían], la tierra respondió; [... ] yo estaba solo. [... ] su faz se oscureció. Como en [...] era su rostro. [... como] las garras del águila eran sus zarpas. [... ] él me dominó. [... ] él salta. [... ] él me sumergió.
[ ... ] ... él me transformó, de forma que mis brazos eran [... ] como los de un ave. Mirándome, me guía a la Casa de las Tinieblas, La mansión de Irkalla, A la casa que no abandona quien entró en ella, Por el camino que no tiene regreso, A la casa cuyos habitantes carecen de luz, Donde el polvo es su vianda y arcilla su manjar. Están pergeñados como pájaros, con alas por vestiduras, Y no ven luz, residiendo en la oscuridad.
En la Casa del Polvo, en que había entrado, Contemplé [gobernantes] sin sus coronas; [Vi príncipes], a los (nacidos) para la corona, Que habían regido la tierra desde días pretéritos. [Estos dobl]es de Anu y Enlil servían carnes asadas; Servían pasteles y escanciaban Agua fresca de los odres.
En la Casa del Polvo, en que había entrado, Reside el sumo sacerdote y el acólito, Reside el encantador y el extático, Residen los lavadores, ungidores de los grandes dioses. Reside Etanal, reside Sumuqan. Ereskigal [vive allí], Reina del submundo, [Y Belit-]Seri, registrador del mundo inferior, se arrodilla ante ella. [Ella mantiene una tablilla] y la lee. [Levantando] su cabeza, me contempla:
[Diciendo: "¿Quién] trajo a éste aquí?"»
(Poema de Gilgamesh; Tablilla IV (http://www.buenaluna.org.ar/ptah/hatti4.html ))