Asamblea de los dioses.
Se abre la mansión del todopoderoso Olimpo entretanto y llama a la asamblea el padre de los dioses y rey de los hombres en la sede sidérea de donde en lo alto todas las tierras y el campo de los Dardánidas contempla y los pueblos latinos. Toman asiento en las salas de dos puertas, comienza él mismo: poderosos habitantes del cielo, ¿por qué así han cambiado vuestras opiniones y tanto porfiáis con ánimo inicuo?. Había yo decidio que Italia no hiciera la guerra a los teucros, ¿a qué esta discordia contra mis órdenes? ¿A unos y otros qué miedo ha llevado a empuñar las armas y provocar la guerra?. Vendrá el momento justo (no lo adelantéis) para el combate, cuando la fiera Cartago al alcázar romano un día cause gran exterminio y abra los Alpes; entonces será bueno competir en odios y entonces usar la fuerza. Dejadlo ahora y sellad contentos un pacto de tregua”.
Eneida X