Inicios de la novela (en España) | |||||
El resurgir de la novela en el s. XIX
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El siglo XX |
Los inicios de la novela (en España). |
Al iniciarse la época moderna, se populariza el género novela, sobre todo con las novelas de caballerías, que retoman las aventuras de héroes medievales, si bien en un mundo, lleno de dragones, princesas, magos, enanos... mucho más fantástico que el de la épica anterior. La primera y más famosa es la Historia de Amadís de Gaula. Otras tendencias propias del Renacimiento serán la novela pastoril y la morisca, que presentan un mundo idealizado y se centran en tramas amorosas.
Avanzado el s. XVI aparecerán dos de las joyas de la literatura española: el Lazarillo de Tormes y Don Quijote de la Mancha.
El Lazarillo de Tormes, presenta por primera vez la figura del antihéroe como protagonista, un chico que tiene que ingeniárselas para sobrevivir en la dura España de la época. A lo largo de sus páginas asistimos al proceso de corrupción del personaje que tiene que amoldarse a un mundo hipócrita y miserable. Se trata de una novela de aprendizaje en que se muestra no la formación, sino la "deformación" de Lázaro, desde que es un niño inocente hasta que se convierte en un adulto que participa de la inmoralidad del entorno.
Don Quijote de la Mancha surge, en principio, como parodia de las popularísimas novelas de caballerías, pero las supera ampliamente. A partir de la imitación de sus caballeros andantes, Don Quijote, acompañado del sano sentido común de su fiel escudero Sancho Panza, se lanza a los caminos de una España en decadencia para "desfacer entuertos". El personaje loco de Cervantes, le sirve a su autor para transmitir una visión lúcida, pero llena de ironía y humanidad sobre la vida de sus contemporáneos.
El resurgir de la novela en el s. XIX |
El siglo XIX es el gran siglo de la novela. definida por Hegel como la epopeya burguesa moderna.
Los escritores románticos dieron los primeros pasos hacia el apogeo de la narración y tuvieron un gran éxito entre el público. A la corriente romántica siguió la realista desembocando ambas en el folletín y la novela por entregas.
Los románticos. Cultivaron narraciones de diverso tipo, entre las que destacan la novela histórica (Ivanhoe de Walter Scott), la de aventuras (con las obras de Alejandro Dumas como Los tres mosqueteros o El conde de Montecristo), el cuento fantástico (Frankenstein de Mary Shelley)... | |
Los realistas se centran en la realidad contemporánea y dan a lugar al momento culminante de la novelística con autores como Stendhal (iniciador de esta tendencia con La cartuja de Parma), Víctor Hugo (Los miserables), Dostoievski (Crimen y castigo), Tolstoi (Guerra y paz), Edgar Allan Poe, iniciador del relato fantástico, o Herman Melville (Moby Dick). Y entre los españoles, Benito Pérez Galdós o Leopoldo Alas "Clarín". Aunque no participe de la estética realista, no se pueden dejar de citar en esta época a conocidos novelistas de aventuras como el francés Julio Verne, que da una nueva orientación a la novela de aventuras con obras como Veinte mil leguas de viaje submarino, Viaje al centro de la tierra, Miguel Strogoff... o el italiano Emilio Salgari (Sandokan). |
En el siglo XX |
Asistimos a una dispersión de la narrativa tanto en en los aspectos de contenido como de técnica.
La novela recogerá todo tipo de temas y desde diversas perspectivas: preocupaciones sociales, existenciales, psicológicas, o atención al mundo de la imaginación ("lo real maravilloso", en palabras de Alejo Carpentier). Por otra parte se produce una renovación profunda de las técnicas narrativas: juegos temporales, cambios de punto de vista del narrador, monólogo interior, estilo indirecto libre...
Por citar algunos autores destacados: Mark Twain, Rudyard Kipling, Jack London, cronistas de la aventura en lugares de frontera; Proust, Joyce y Kafka como escudriñadores de los rincones más oscuros del hombre; HG Wells, pionero de relatos de ciencia ficción para dar una visión desengañada de su tiempo;
En la amplia narrativa en lengua española, Pío Baroja puede ser el autor más cercano a la concepción de la novela de aventuras. Un nuevo impulso procederá de los novelistas hispanoamericanos (Carpentier, Borges, García Márquez,...)
La última mención es para Tolkien, quien consigue apasionar a los lectores modernos con la construcción de un universo fantástico, brumosamente emparentado con los mitos nórdicos.