Viaje al país de los muertos
- Laertíada, casta de Zeus, ingenioso Odiseo, no te apure pensar que no tienes quien guíe tu nave. Pon el mástil, despliega las velas blanquísimas, siéntate y verás cómo el soplo del Bóreas conduce el navío. Y cuando haya cruzado tu nave todo el Océano verás pronto un cabo y los bosques de la diosa Perséfona con sus álamos grandes y esbeltos y estériles sauces; allí enfila la proa de tu nave tocando los vórtices hondos del Océano y vete a la oscura morada del Hades, hasta el sitio en que vierte sus aguas en el Aqueronte el Cocito, un afluente de la Estigia, y el Piriflejeton. Hay un peñasco en donde se encuentran los ríos sonoros; acercándote, pues, a este sitio tal como te ordeno ¡oh señor!, abre un hoyo que tenga un codo por lado y haz en torno de él tres ofrendas por todos los muertos: la primera con leche y con miel, la segunda con vino, la tercera con agua, empolvándolas de harina muy blanca ...
Odisea X (adaptada)