ARGUMENTO de la ENEIDA

 

            Esta obra se divide en 12 libros que parecen aunar los dos poemas homéricos, de tal modo que los seis primeros libros de la Eneida son un reflejo de la Odisea, tal y como se ve desde los primeros versos, y los seis últimos  lo son de la Ilíada.

            Las naves de los troyanos que surcan el mar de Sicilia son arrojadas a las costas africanas por una terrible tempestad provocada por Juno. Venus se aparece a su hijo Eneas para comunicarle que se encuentra en el país de Cartago, donde reina Dido, el héroe se presenta ante la reina en compañía de su hijo y Dido se enamora de él. Se celebra un banquete en honor de los huéspedes y Eneas relata sus aventuras: la muerte de Laoconte, la caída de Troya con la argucia del caballo de madera, la aparición del fantasma de Héctor pidiéndolo que escape y busque nuevas murallas para los dioses de la ciudad, el saqueo de Troya y la muerte de alguno de los personajes más importantes. Eneas parte en compañía de su padre Anquises, de su esposa Creúsa y de su hijo Ascanio, pero en el camino Creúsa desaparece.

            El héroe con todos los que han podido escapar de la ciudad prepara una flota y comienza un viaje que le llevará primero a Creta de donde deben partir a causa de la peste, después a las islas Estrófades y a las costas de Épiro, lugares en los que se le anuncia de nuevo el futuro que le espera. Más tarde, evitando los escollos de Escila y Caribdis, alcanza las costas de Sicilia donde muere su padre Anquises y por último las playas de África, lugar en el que se encuentra.

            Continúa la obra relatando los desdichados amores entre Dido y Eneas, desdichados porque el destino de Eneas es abandonar a la reina de Cartago lo que provoca su suicidio, mientras contempla las naves en las que se aleja su enamorado. Este hecho es la causa legendaria de la lucha posterior entre cartagineses y romanos. Las naves son nuevamente arrojadas por una tempestad a las costas de Sicilia donde Eneas rinde honras fúnebres a su padre. Parte de la flota es destruida por las mujeres de los troyanos que, instigadas por la diosa Juno, desean echar raíces cansadas de ir de un lado a otro. Es entonces cuando Eneas deja parte de su gente en Sicilia y él parte hacia Italia, a Cumas, donde con la ayuda de la Sibila deberá introducirse en el reino de los muertos. Aquí el fantasma de su padre le descubrirá a las personas que serán futuros héroes romanos.

            A partir de este momento comienzan las guerras en el Lacio. El rey Latino acoge favorablemente a Eneas y, en cumplimiento de una antigua profecía, le ofrece la mano de su hija Lavinia lo que provoca la ira de Amata, esposa de Latino, y de Turno, rey de los rútulos, a quien Latino había prometido la mano de su hija.  Esto provoca la guerra entre Turno y Eneas que, cada uno por su lado, se dedican a buscar aliados; Turno entre los pueblos vecinos y Eneas, aconsejado por su madre, parte en busca de Evandro, rey arcadio y recibe unas armas construidas por los Cíclopes.

            Aprovechando la ausencia de Eneas, Turno pone sitio al campamento troyano poniendo en una difícil situación a los adversarios. Júpiter convoca una asamblea de los dioses para discutir la guerra del Lacio y al no poder llegar a un acuerdo, decide que los dioses deben permanecer neutrales.

            Cuando los rútulos preparan un segundo ataque se presenta Eneas con sus aliados y se produce un encarnizado combate en que mueren Palante, hijo del rey Evandro, por la parte troyana y Lauso y Mecencio por la parte latina. Se produce una tregua para dar sepultura a los muertos pero de nuevo se prepara una ofensiva, en este caso es Eneas quien dirige sus ejércitos contra la ciudad de Laurento y los latinos se preparan para su defensa.

            Los últimos episodios de la obra se centran en el enfrentamiento personal entre Turno y Eneas, tal y como propone éste, y, aunque se rompe el pacto entre los dos ejércitos finalmente Turno muere a manos de Eneas.